Medalla de Bronce (Mundial Futsal) Trisomía Games Turquía

En el eco de un sueño que palpita más allá de las fronteras y los límites, se alza la historia de un equipo, una selección tejida de esperanza, coraje y un fútbol que danza al ritmo del corazón más puro. La selección mexicana de síndrome de Down de futsal, guiada por la pasión y la visión estratégica de su director técnico de Tijuana, Cristian "Gordoe" Acosta, ha inscrito su nombre en las páginas de la eternidad en los juegos Trisomía Games en Turquía.

Hoy, estos guerreros del esfuerzo y la perseverancia han conquistado algo más grande que el juego; han triunfado en el arte de unir almas, de desvanecer las sombras de la duda con la luz de su valentía. Tras enfrentar a la escuadra de Italia, no solo han derrotado a un adversario en la cancha, sino también a aquellos gigantes invisibles que se erigen en el camino de los sueños.

Esta medalla de bronce no es solo un trofeo, es el reflejo de cada lágrima, cada sonrisa, cada gota de sudor derramada en la búsqueda incansable de la excelencia. Es un testimonio del espíritu indomable que reside en cada jugador, un recordatorio de que la grandeza verdadera yace en la fuerza para enfrentar los desafíos, en la pasión por superarse día tras día.

Que este logro sea una melodía que resuene en los corazones de todos, inspirando un coro de esperanzas renovadas. Que cada toque del balón, cada gol, cada victoria, sea un grito que despierte los sueños dormidos y encienda las almas con la llama de la posibilidad.

A estos héroes de espíritu inquebrantable, les decimos: su legado va más allá de la medalla; es un faro de inspiración, un himno de tenacidad y un recordatorio de que, en el terreno de juego de la vida, somos capaces de alcanzar las estrellas cuando jugamos con el corazón.

Felicidades, seleccionados mexicanos de síndrome de Down de fut sal, por mostrarnos el verdadero significado de la victoria, una que se conquista no solo en los campos de juego, sino en cada paso firme hacia la cima de nuestros sueños.

             Marciano Dovalina