La Última Navidad en la Tierra
Diciembre 2024...
En un pequeño y tranquilo suburbio, la víspera de Navidad se vivía con una alegría contagiosa. Las luces de colores titilaban en las casas y en los árboles, los villancicos resonaban en las calles, y las risas de los niños mezcladas con el crujir de la nieve bajo sus pies llenaban el aire. Nadie sospechaba que esta sería su última noche en la Tierra.
Entre ellos vivían, ocultos a simple vista, los Pleyadianos. Esta raza alienígena había llegado a la Tierra hace siglos, mezclándose silenciosamente entre los humanos. Poseían una tecnología y una sabiduría muy avanzadas, pero seguían un estricto código de no intervención en los asuntos humanos.
Lira, una joven Pleyadiana, había crecido fascinada por los humanos. Su curiosidad por su cultura, sus emociones y su forma de vida la hacían pasar horas observándolos. A pesar de las advertencias de Eldon, su mentor y figura paterna, ella no podía evitar sentirse cada vez más atraída por ese mundo tan diferente al suyo.
Eldon, por su parte, era un Pleyadiano de edad avanzada, sabio y respetado entre su gente. Había visto civilizaciones nacer y caer, había presenciado la belleza y la crueldad de la existencia en el cosmos. Sabía que el destino de cada mundo estaba escrito en las estrellas, y que incluso ellos, con toda su tecnología, no podían cambiarlo.
La noche antes de Navidad, mientras Lira se deslizaba entre las sombras observando los preparativos festivos, Eldon realizaba un descubrimiento aterrador. Un cataclismo cósmico, una fuerza destructiva más allá de la comprensión humana, se dirigía hacia la Tierra. No había forma de detenerlo, y a las 11:59 PM de esa noche, el planeta sería destruido.
Eldon convocó a los Pleyadianos para discutir su plan de evacuación. Tenían la tecnología para salvarse, pero no podían intervenir para salvar a los humanos. El juramento de no intervención era sagrado, y romperlo podría tener consecuencias impredecibles.
Lira escuchó la noticia con un corazón pesado. Miró a su alrededor, a las familias reunidas, a los niños jugando, a las parejas compartiendo momentos de amor bajo la luz de la luna. ¿Cómo podía ser que todo eso desaparecería en unas horas y no podían hacer nada para evitarlo?
Durante las últimas horas, Lira caminó por las calles, luchando con su dilema moral. ¿Debía decirles a los humanos sobre su destino? ¿O debía permitirles vivir sus últimos momentos en felicidad ignorante? Al final, decidió mantener el secreto, respetando el juramento de su pueblo.
Mientras tanto, Eldon preparaba la evacuación. Los Pleyadianos se reunieron en secreto, activando su tecnología para partir. Lira se unió a ellos a regañadientas, su corazón partido entre su lealtad a su pueblo y su amor por los humanos.
Las horas pasaban rápidamente. Las familias se reunían alrededor de sus árboles de Navidad, abriendo regalos y compartiendo risas y amor. Los niños, emocionados, esperaban la llegada de Santa Claus, sin saber que no habría un mañana.
Cuando el reloj marcó las 11:58 PM, Lira sale disparada en una cápsula de regreso a la tierra, prefería morir en el mundo que la vio nacer a vivir mil años más vagando por el espacio.
Con una tristeza desoladora, Eldon miró hacia la Tierra por última vez. Las luces de Navidad brillaban en la oscuridad, un último destello de belleza y alegría en un mundo condenado.
Y entonces, llegó el cataclismo en un instante, la Tierra fue envuelta en una luz cegadora. Los Pleyadianos, a salvo en su nave, observaron en silencio y con lágrimas en los ojos cómo el planeta que había sido su hogar durante siglos era destruido.
Eldon de pie junto a la ventana miró hacia el vacío donde una vez estuvo la Tierra.
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