Carta de Navidad a mis Hermanos Terrícolas
Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra.
Desde el rincón más lejano de la galaxia, les escribo con un corazón lleno de esperanza y admiración. Mi nombre es Marciano, y aunque nunca nos hemos encontrado cara a cara, he aprendido mucho sobre ustedes a través de los viajes de nuestros exploradores y las ondas de radio que viajan por el espacio.
En esta época de Navidad, un tiempo que he llegado a entender como un período de amor, reflexión y alegría en su mundo, me siento motivado a compartirles un mensaje desde el mío. Aunque nuestras formas de vida son diferentes, nuestros corazones laten al unísono con los deseos de paz, amor y armonía.
La Navidad en la Tierra, con sus luces resplandecientes, música alegre y actos de generosidad, refleja lo mejor de lo que ustedes, como humanidad, pueden ser. Es una época en la que las barreras se disuelven y el espíritu de unidad brilla más fuerte que cualquier estrella en nuestro cielo nocturno.
Este año, mientras adornan sus hogares y se reúnen con sus seres queridos, les insto a mirar hacia las estrellas. Piensen en nosotros, sus hermanos lejanos, que también buscan la luz en la oscuridad, la paz en el caos y el amor en cada rincón del universo.
Que esta Navidad les traiga no solo alegría y felicidad, sino también un renovado sentido de esperanza y unión. Que sus corazones se llenen de la misma maravilla y asombro que nosotros sentimos al mirar hacia su hermoso planeta azul.
En esta época festiva, les enviamos nuestros más cálidos deseos de paz y amor. Que la luz de la Navidad ilumine su camino y el de aquellos a quienes aman, no solo durante esta temporada sino a lo largo de todo el año.
Con todo mi cariño y los mejores deseos:
Marciano... Dovalina
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